¿Conocéis el mindfulness o las terapias de 3ª generación?
Hoy en día se han puesto de moda las llamadas «terapias conductuales» o de 3ª generación. Dentro de ellas tendríamos la terapia de aceptación y compromiso, la terapia de conducta dialéctica, la psicoterapia analítica funcional y el conocido mindfulness o atención plena. Todas estas terapias son compatibles con la terapia cognitivo-conductual y de hecho se puede utilizar como herramientas de trabajo en psicoterapia. Yo nunca las utilizaría como una terapia en sí misma, solamente como un complemento para trabajar el presente y no centrarse en las obsesiones o rumiaciones.
El mindfulness, la atención plena o el “darse cuenta” es un elemento común de las terapias de 3ª generación. Su máxima es: «lo que importa es el momento presente». Se pretende que el paciente esté en el mundo en el momento en el que se encuentran las oportunidades de interacción con él. El no atender el momento presente, solo refuerza las emociones de ansiedad, culpa y miedo. Es completamente desadaptativo ya que no nos deja actuar de manera natural y espontánea por lo que nos reduce la oportunidad de sentir, actuar y modificar el entorno.
Como vemos, esta técnica conductual hace que nos podamos concentrar mejor en el momento presente y por lo tanto disfrutar más de nuestra vida. Lo que yo denomino vivir en el «Aquí y ahora».
Estas técnicas están indicadas sobre todo para casos graves en los que el psicólogo centra su intervención en mejorar la calidad del paciente pero no pudiendo solucionar el problema: dolor crónico, enfermedades degenerativas, depresiones crónicas… El trabajo consiste en la aceptación del malestar y en enseñar al paciente la funcionalidad de las emociones negativas. Sin aceptación no hay curación. El mindfulness, combina relajación, meditación y técnicas de concentración. Por ejemplo, un ejercicio que podemos hacer de mindfulness es coger una pasa. Centrarnos en sus texturas, colores, formas… después, introducirla en la boca, sin comerla ni masticarla. Experimentado la rugosidad de la pasa y sus formas. Al masticarla, centrarnos en el gusto, los sabores que estamos teniendo en ese momento. Son técnicas para entrenar el cerebro. Como bien se explica en el segundo vídeo que os he puesto más abajo, el cerebro no envejece por lo que siempre está en continuo aprendizaje. Es un órgano plástico que podemos moldear y enseñar nuevas formas de pensar. Pero para eso se necesita ejercicio. El mindfulness con sus técnicas ayuda a entrenar nuestro cerebro.
En resumen, las terapias de 3ª generación nos ayudarían a completar la terapia cognitivo-conductual y a trabajar no solo desde una terapia racional sino también desde una terapia más emocional. Ya que estamos hechos de emociones desde que nacemos y aprender a conocer nuestras emociones y a tolerarlas es fundamental para conseguir la felicidad.
Os dejo algunos vídeos:
Un cordial saludo,
Patricia
Me parece muy interesante todo lo de tu pagina de hecho he pasado un rato muy agradable. Me parece que eres una psicóloga muy buena y ayudas a que la vida sea más fácil
Muchas gracias Maria Teresa, me alegro que te haya resultado interesante. Seguiré publicando cosas que os resulten de ayuda 🙂